El Coordinador del PCR de la Capital Gustavo Funes analizó en su columna semanal en Abran Paso el paro del 10, el asesinato del campesino Miguel Galvan en Santiago del Estero, la convocatoria a los cacerolazos y el veto de Macri sobre los abortos no punibles. Compartimos a continuación estos puntos de análisis.
El paro y la movilización del 10 de octubre
La jornada convocada por la CTA, la CCC, con trabajadores camioneros y otras organizaciones ha sido muy importante por la participación en el país y el acto en Plaza de Mayo.
La jornada sirve para trabajar con sectores movilizados un programa para el reagrupamiento obrero y popular que vaya al encuentro de grandes sectores obreros independientes, clasistas o influenciados por corrientes peronistas, ya sean opositoras o kirchnerista, pero que son explotados en el trabajo, se les aplica el impuesto al ganancias al salario o trabajan de manera precaria, y que tienen por igual sobre sus espaldas el cepo de los jerarcas sindicales que dirigen los gremios. Por eso es imprescindible que en cada lucha esté planteada la necesidad de generar movimientos de recuperación sindical a todos los niveles.
Un programa popular e independiente ya que también confluimos en la calle con sectores diversos que también enfrentan la política del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y sobre la base de ese golpe principal, también cerrarle el paso a los que fogonean propuestas devaluacionistas.
El asesinato de Miguel Galván
En este sentido, hay que señalar el asesinato a sangre fría de Miguel Galván, campesino sin tierra de Santiago del Estero, en manos de sicarios bancados por terratenientes o empresas agropecuarias sojeras.
Los sectores populares tienen que llevar a fondo con la movilización popular el repudio a la política de sojización y pro terrateniente que lleva adelante el gobierno de Cristina Kirchner y los gobiernos provinciales así como exigir juicio y castigo a los responsables de estos asesinatos.
El próximo cacerolazo
Es necesario pararse desde el programa y la lucha popular para romper la polaridad que quieren imponer desde arriba. Trabajar con independencia para enfrentar la política del gobierno y no ir a la zaga de sectores que motorizan el cacerolazo del 8 de noviembre y sostienen consignas como la “falta
de libertad”, más funcional a la campaña de Clarín y la oposición de derecha que a las verdaderas necesidades de los sectores medios y pobres.
Así como está planteado, más allá de su masividad y parte de su composición, esa jornada señalará falencias del gobierno, pero al no predominar las urgencias populares, alimentará alguna oposición de derecha y el gobierno lo utilizará para cambiar la verdadera polaridad.
Por eso es importante jornadas como las del 10 de octubre, ya que ayuda a ir perfilando en cada lugar de trabajo, estudio o barrio el debate del necesario polo de unidad popular alrededor de un programa, democrático y antiimperialista, que enfrente esta política con una perspectiva liberadora
en nuestro país. Desde esta óptica debemos ver si el próximo cacerolazo contribuye o no esa perspectiva.
Los abortos no punibles
El otro tema de la semana sin duda ha sido por un lado, la conquista de la Ley que establece el aborto no punible dentro de la Ciudad de Buenos Aires y por otro lado, su posterior veto por parte del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
Este veto del gobierno macrista con apoyo de la iglesia da cuenta de las políticas retrogradas y muestra la esencia de este Gobierno. Se ha dado una respuesta importante con las movilizaciones de muchas organizaciones para repudiar el veto y la prohibición por el fallo de una jueza para que se ejecutara el aborto por violación a una mujer en el Hospital Ramos Mejía.
Fue denunciado el papel fascista del grupo católico “Pro vida” en connivencia con el Capellán del Hospital que se manifestaron amenazando en el lugar y en la casa de la víctima. De esta manera, muestran cómo operan con un sector del gobierno. La lucha continuó y se logró que la corte fallara a favor de la
ejecución del aborto no punible en el hospital. ¡Ahora a seguir la lucha para que caiga el veto macrista!
