El 29 de febrero el Gobierno de Macri en Ciudad de Bs. As.
dispuso que el cierre de 143 grados y 78
cursos. Sabíamos nosotros que la pérdida de control gremial de las Juntas
apuntaba, por un lado, a digitar la designación de docentes y por otro a evitar
el control de las vacantes. De este modo, al mismo tiempo que se aumentaba en
50% el subsidio a las escuelas privadas el presupuesto educativo, (de 1033
millones en 2011 a 1500 millones aproximadamente), se favorecía la
fragmentación del sistema educativo. El paso siguiente sería, con esta lógica,
volver a intentar el cierre de cursos.
¿Los argumentos? El desdoblamiento de grados y cursos en la
zona Sur de la Ciudad, la asignación de recursos para abrir salas de Inicial y
la fusión de grados poco numerosos. Es decir, amontonar niños en las escuelas
que aún no están amontonadas, para que en las aulas haya no menos de 30 chicos
o más. Acá está, por parte de esta gestión, la tan proclamada “preocupación”
por la calidad educativa.
Hace muchos años venimos reclamando la apertura de nuevas
escuelas en la esa zona Sur, ya que las familias no encuentran vacante para sus
hijos y las aulas están superpobladas. Hace años venimos reclamando la apertura
de vacantes para Inicial, ya que el Estado viene incumpliendo su rol de garante
del derecho a la educación desde los 45 días, establecido en la Ley de
Educación Nacional y en la Constitución de esta Ciudad, (derecho que sí lo han
utilizado en costosas campañas electorales). Hace muchos años venimos
denunciando el hecho de que a niños de esa zona los hagan viajar en micros
desde sus barrios hasta una escuela lejana, para evitar la construcción de
nuevas escuelas.
La única lógica posible para el Pro, es este ajuste que
pretende ser implacable. No puede nunca ocurrírseles invertir más presupuesto,
abrir nuevos cargos docentes ni realizar una campaña para el aumento de la matrícula a la escuela
pública.
Hablan de una primera etapa, con lo que dejan ver su
intención de profundizar este camino más adelante.
Tenemos que prepararnos para que el problema del Ingeniero
Macri y el Analista de Sistemas Bullrich, sea que no pueden hacer pasar esto.
Que se encuentren con una comunidad educativa que defiende con uñas y dientes a
sus escuelas, sus grados, sus alumnos. ¿Por qué? Porque los maestros sí hacemos
mucho por el aumento de la matrícula, enseñando, resolviendo situaciones
conflictivas, poniendo el cuerpo y toda nuestra capacidad para brindar la mejor
educación posible dentro de este panorama de agravios, insultos y salarios de
pobreza.
¿Qué tenemos a favor
para frenar este atropello?
1º Que en el 2010 frenamos el cierre de 82 cargos docentes, es
decir, 82 grados de escuela primaria. Nos movilizamos tanto que todas
las cúpulas tuvieron que hacer algo, tomamos el ministerio y no dejamos en paz
hasta le último niño bien que encontramos allí, exigimos estar en la Mesa de
Condiciones Laborales y Salariales, frenamos actos públicos donde se ofertaban
los cargos interinos correspondientes a los titulares que intentaban dejar en
disponibilidad, hicimos cantidad de radios abiertas, volanteadas, etc. Fue una
lucha que además, demostró la importancia que tiene el rol de las Juntas cuando
en sus cargos hay compañeros que se la juegan por la escuela pública.
2º Que en el 2011, después del pomposo triunfo electoral de
Macri y de Cristina, los maestros demostramos que esos
resultados no implicaban llevarnos de las narices a ningún lado, ni por parte
del gobierno de la Ciudad ni de los dirigentes obsecuentes con una presidencia
que acaba de insultarnos, insuflando de odio al pueblo, y defendimos hasta las últimas consecuencias nuestras Juntas y nuestro
estatuto, plantándonos delante de la Legislatura el día del tratamiento de
la nefasta ley, y de tanto miedo, nos mandaron patotas. Demostramos ser un
movimiento poderoso, con una comunidad de familias atrás que no se opuso, y en
muchos casos apoyó nuestra lucha, a pesar de los mil intentos por dividirnos,
orquestados desde los medios de comunicación.
3º Tenemos la oportunidad de unirnos en este reclamo con los
estudiantes secundarios, quienes en el 2010 llevaron adelante una lucha
ejemplar por sus escuelas.
Desde Lucero creemos
que los maestros tenemos que hacer todos los esfuerzos porque la comunidad tome
este tema en sus manos. Las familias son la clave para eso, debemos convocarlas
y buscar la manera para que expresen, con los modos que cada comunidad encuentre,
su bronca en la calle. Organicemos la lucha por escuela y por distrito con
cortes de calle, demostremos quiénes verdaderamente tienen el interés puesto en
una escuela con calidad y para todos.
Agrupación docente
Enriqueta Lucero