Durante la madrugada 5 hombres entraron a la casa de un delegado y torturaron a su nieta de 15 años. El sindicalista no dudó en apuntar contra la empresa MONSA y dijo que lo estaban buscando para matarlo.
El conflicto en la línea 60, entre los trabajadores y los nuevos dueños de la empresa MONSA continúa con ribetes mafiosos.
Este no es el primer episodio, ya que después de la histórica huelga de 5 días, fue incendiado el automóvil de otro delegado, Néstor Marcolin
Daniel Farella, denuncia que durante la madrugada 5 hombres ingresaron a su domicilio de Isidro Casanova, en la provincia de Buenos aires, y torturaron a su nieta de 15 años, atándola de pies y manos y amenazándola con un cuchillo. Según la jóven, los delincuentes dijeron que buscaban al delegado para matarlo, que habían cobrado para ello. Al retrirarse robaron además lo que pudieron.
Los choferes van a dar una conferencia de prensa para definir que medidas toman para contrarrestar las actitudes mafiosas de la empresa. En este momento se están concentrando en Constitución.
Venimos de arrancar al "Pollo" Sobrero de la cárcel, y ahora vamos a cerrar filas frente a ésta barbaridad, rodeando de solidaridad clasista al compañero y la lucha que llevan adelante. Ayer desde la persecución judicial, hoy desde las mafias orquestadas por una empresa, este es un nuevo ataque contra el conjunto de los trabajadores, contra los que se organizan y luchan por salarios y mejores condiciones de trabajo, contra los que se plantan frente a las patronales, sobrepasando a las burocracias sindicales cómplices para defender los derechos de los trabajadores. Y somos los trabajadores los que una vez más les vamos a cerrar el paso.