Corte de Acoyte y Rivadavia |
El
Gobierno “tuvo que modificar y ajustar un poco su discurso, y a su vez tuvo que
bajar los grados que cierra” aunque el cierre de 96 grados “sigue siendo un
desastre y nosotros no queremos que se cierre ninguno”. Éste fue uno de los primeros
balances que hizo Inés Tropea, docente delegada del distrito 7 e integrante de
la agrupación “Enriqueta Lucero”, sobre la lucha de los docentes frente al
cierre de cursos impulsado por el macrismo en la ciudad.
Los avances y retrocesos
La
docente aseguró que lograron bajar la cantidad de los cursos que inicialmente
se planeaban cerrar, como por ejemplo, en primaria la lista era de 143 y la
nueva lista es de 47; y además, hay escuelas que no pudieron tocar. En las
nuevas listas que hicieron evitaron incluir las escuelas que salieron a
combatir la medida.
A su
vez, dijo que el Gobierno se vio obligado a abordar en su discurso los
problemas de la zona sur. En este sentido, aclaró que “hay una doble
problemática: por un lado una falta de vacantes en la zona centro y norte, y
por otro lado, la superpoblación” que “es terrible porque es directamente falta
de escuelas en la zona sur“. Pero además, remarca que hay algo que ocultan y es
“que hay pibes que no tienen vacantes”. Según Inés, sobre esta realidad el
Gobierno “tuvo que dar una respuesta diciendo por ejemplo que se van a crear
más cargos docentes y se van a abrir más grados de los que se van a cerrar”.
Un ataque a la escuela pública
Los
maestros en unidad con las familias y con incansables días de lucha frenaron el
cierre de 125 cursos. Aún así, la maestra consideró un ataque brutal a la
educación pública el cierre de los 96 cursos. Y reafirmó la voluntad de los
docentes de luchar para que no se cierre ningún grado más porque “grado que se
cierra es grado que nunca más se abre”. “Esta es una política de las clases
dominantes desde siempre”, concluyó.
Por
otro lado, analizó aquellos discursos sobre los que pretenden sostener este tipo de medidas. Aquellos que alimentan
ideas que estigmatizan a la educación pública de la mano de una política de
vaciamiento, como por ejemplo que la escuela pública esta en decadencia, que en
las escuelas no se hace nada y que los maestros viven de paro. Como contrapartida, Inés dijo que afortunadamente “las familias
han salido a decir otra cosa” y también los estudiantes secundarios que han
realizado cortes de calle en defensa de sus escuelas. Iniciada la coordinación
con los estudiantes resaltó la importancia de que se siga desarrollando.
Una nueva generación de
docentes
Muchos
son los jóvenes que han enfrentado el cierre de cursos, como así también el año
pasado la modificación del estatuto. En ese sentido, la delegada dijo: “Nosotros
nos tenemos que quedar con toda esa experiencia porque es un año donde nos
tenemos que hacer fuertes y empezar a cuestionar las direcciones sindicales que
tenemos para que no pase como esta vez donde recién ahora estamos haciendo un
paro”. Inés profundizó luego en cuáles son las motivaciones que tienen como
jóvenes docentes: “Ingresamos a la docencia con muchas ganas de cambiar las
cosas que están mal en el sistema, con ganas de educar, no desde las líneas
tradicionales que siempre hubo en la escuela pública, con muchas ganas de
cambiar a las escuelas por adentro. Y a nivel sindical esto también se expresa”.
El
principal gremio es Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y según la
maestra “es un sindicato muy burocratizado y no tiene fuerza en muchos
distritos, en general viene conteniendo la situación y tratando de negociar
para que la cosa no se desborde porque tiene socios más arriba en las alturas kirchneristas.
Pero continuamente hay desborde.”
Fuente: Abran Paso